Las inundaciones son cada vez más frecuentes en la Comunidad Valenciana. Estos episodios de lluvias intensas ponen en riesgo viviendas e instalaciones solares, diseñadas para funcionar con fiabilidad durante décadas. Cuando el agua alcanza inversores, baterías o cableado, la electricidad puede transformarse en una amenaza silenciosa. En esos momentos, saber cómo actuar resulta vital para proteger tanto a las personas como a la inversión realizada. Este artículo ofrece pasos claros, prácticos y respaldados por expertos para minimizar daños y prevenir futuras incidencias.

Seguridad inmediata: primero las personas, luego los equipos

No te acerques si hay agua y electricidad. Aunque el sistema parezca apagado, los paneles solares generan tensión en cuanto reciben luz solar. Eso significa que cables, inversores o baterías pueden seguir activos. Un simple charco cercano puede conducir electricidad de forma peligrosa. Mantén a personas y animales alejados de la zona hasta que lleguen técnicos especializados.

Desconecta sólo si es totalmente seguro hacerlo. Si puedes acceder sin pisar zonas anegadas, corta la corriente desde el interruptor general de AC y DC. Evita siempre manipular equipos húmedos o sumergidos, ya que el agua oculta riesgos invisibles. Aprovecha para documentar los daños con fotografías antes de que se realice la limpieza. Espera a profesionales cualificados para la verificación y reparación del sistema.

Corta la corriente solo si puedes hacerlo sin riesgos

Evaluación inicial y documentación sin riesgos

Observa a distancia y documenta con detalle. No te acerques al sistema hasta confirmar que está desconectado y la zona es segura. Evalúa visualmente cuánto ha subido el agua y qué equipos alcanzó. Registra fotografías de módulos, inversores, cableado y posibles sedimentos acumulados en la estructura. No intentes abrir cofres, conectores o cajas estancas por tu cuenta. Esa evidencia servirá para peritajes técnicos y reclamaciones de garantía.

El inversor y baterías son especialmente vulnerables. La inmersión en agua puede provocar corrosión inmediata y pérdida de aislamiento eléctrico. Incluso cuando parecen secos, el daño interno puede quedar oculto y persistente. Las baterías mojadas son un riesgo químico y eléctrico muy serio. Pueden liberar gases, cortocircuitar o incluso explotar bajo ciertas condiciones. Por eso, solo personal especializado debe evaluarlas y decidir su destino.

Inversores y baterías mojados son un riesgo eléctrico grave

Secado, diagnóstico y pruebas antes de reconectar

El secado debe ser técnico, controlado y completo. Los especialistas emplean equipos y protocolos diseñados para extraer humedad sin dañar componentes internos. Se revisan módulos, marcos, cajas de conexiones y empalmes críticos. El inversor, por su delicada electrónica, suele necesitar desmontaje y pruebas exhaustivas. En muchos casos, este componente termina siendo sustituido por seguridad. Nunca debe reactivarse el sistema sin la autorización expresa de un técnico acreditado.

Las pruebas reproducen un “minicommisioning” post-inundación. Los técnicos verifican aislamiento, continuidad de circuitos y posibles fugas eléctricas hacia tierra. Cada string fotovoltaico se analiza para comprobar que no haya daños internos. El comportamiento del inversor se evalúa en arranques controlados y progresivos. La reconexión se ejecuta paso a paso, bajo estrictas condiciones de seguridad. Solo tras superar todas las pruebas, el sistema puede volver a funcionar.

El sistema solo se reactiva tras pruebas técnicas exhaustivas

Diseñar para resistir: prevención y adaptación local

Elevar y proteger reduce el riesgo de daños. Ubicar inversores y baterías en cotas altas limita la exposición al agua. Los paneles, instalados en cubiertas o pérgolas, quedan más seguros ante inundaciones. Las cajas estancas y protecciones selladas minimizan la entrada de humedad en componentes eléctricos. Un drenaje adecuado desvía escorrentías hacia zonas de evacuación controlada. El uso de materiales resistentes al agua fortalece la resiliencia de toda la instalación.

Planificar con datos locales es imprescindible. La reciente DANA en la Comunidad Valenciana mostró la vulnerabilidad de muchas infraestructuras. Conocer los mapas oficiales de peligrosidad de inundación orienta decisiones técnicas responsables. Elevar equipos críticos y diseñar viales con pendientes correctas reduce la acumulación peligrosa de agua. Analizar el riesgo hidrológico permite adaptar la ingeniería a cada terreno concreto. Así se construyen instalaciones fotovoltaicas seguras, adaptadas al entorno y al futuro.

Planificar con datos locales garantiza instalaciones solares más seguras

Seguros, garantías y trámites tras una inundación

El seguro puede cubrir parte de los daños. Muchas pólizas de hogar incluyen instalaciones fotovoltaicas, pero suelen exigir pruebas claras del siniestro. Fotografías y actas de los técnicos resultan imprescindibles. Guardar facturas de reparación acelera la gestión con la aseguradora. Consulta siempre las condiciones específicas antes de reclamar.

Las garantías de fabricantes tienen limitaciones importantes. Normalmente no cubren daños por inundaciones, salvo defectos de fabricación previos. Sin embargo, un instalador acreditado puede certificar los fallos ocasionados. Este informe es clave para reclamaciones o reposiciones parciales. Un asesoramiento especializado evita pérdidas económicas innecesarias.

Las garantías no cubren inundaciones, pero el informe técnico sí ayuda

Mantenimiento preventivo y revisiones periódicas

El mantenimiento es la mejor defensa a largo plazo. Revisar el sistema tras episodios de lluvias fuertes permite detectar problemas tempranos. Conectores corroídos o cajas húmedas pueden pasar inadvertidos. Un técnico certificado identifica riesgos invisibles al usuario. Prevenir siempre resulta más económico que reparar.

Las revisiones deben incluir pruebas eléctricas específicas. Medir continuidad, resistencia de aislamiento y posibles fugas a tierra confirma la integridad del sistema. Inspeccionar cableado, estructura y anclajes evita deterioros progresivos. La limpieza controlada retira sedimentos acumulados por el agua. Este enfoque asegura rendimiento estable y prolongado.

Las revisiones eléctricas periódicas aseguran un rendimiento estable y seguro

Protocolos de actuación en comunidades y empresas

Las instalaciones colectivas requieren coordinación inmediata. En comunidades de vecinos o empresas, es fundamental designar responsables de seguridad. Ellos deben impedir accesos indebidos tras la inundación. El administrador coordina comunicación con técnicos. Así se evitan decisiones improvisadas y peligrosas.

La comunicación clara garantiza una respuesta ordenada. Informar a propietarios o trabajadores sobre riesgos reduce accidentes. Los protocolos deben indicar a quién avisar y cómo actuar. Documentar el siniestro en actas simplifica reclamaciones posteriores. Cada paso debe quedar registrado. La seguridad colectiva depende de organización temprana.

Una comunicación clara y documentada refuerza la seguridad colectiva

Conclusión

Prioriza vidas, luego la instalación y el ahorro. Alejarse, documentar y desconectar sólo con seguridad reducen riesgos graves. El diagnóstico profesional evita reencendidos peligrosos y fallos ocultos. Prevenir con ubicación, drenaje y protecciones es una inversión inteligente. En la Comunidad Valenciana, Bluegold Energía (Avda. Carlos Soler, 86, Mutxamel), colaboradora oficial de Iberdrola, diseña instalaciones seguras y resilientes.

La energía solar sigue siendo una apuesta segura y sostenible. Con el mantenimiento correcto y la asesoría técnica adecuada, incluso una inundación puede superarse sin comprometer tu proyecto de autoconsumo.

error: Content is protected !!