La corriente monofásica se emplea en la producción, distribución y consumo de electricidad. Hoy os presentamos un artículo donde exponemos qué es la corriente monofásica y cómo funciona. De esta forma, podremos comprender de una mejor manera qué supone tener una instalación de paneles fotovoltaicos con corriente monofásica.

¿Qué es la corriente monofásica?

La corriente monofásica es empleada en instalaciones de paneles solares. Su función se realiza de una forma simple, a través de un único conducto conduce la corriente. Este tipo de corriente, se desplaza por un único conductor, el cual puede ofrecer una tensión entre 110-120 V o bien de 220-230 V. Los componentes que forman una instalación fotovoltaica, pueden usar corriente monofásica para su proceso de generación de electricidad.

Características de la corriente monofásica

La corriente monofásica, queda definida por sus características. Ofrece un voltaje con variaciones exactas gracias a que está compuesta por una única fase. En el caso de las trifásicas puede producirse un desfase. Los valores del voltaje se encuentran en un rango de entre 110 y  230 V. Por su diseño, resulta menos costoso y requiere una menor complejidad. Es especialmente reseñable porque es capaz de suministrar energía suficiente para hogares y negocios de actividad no industrial.

Usos de la corriente monofásica

La corriente monofásica es apta para distintas situaciones. Una muestra de ello es la iluminación del hogar o la calefacción presente en las viviendas. Además, sirve para el suministro de electrodomésticos que se emplean en el hogar. En resumen, es una solución óptima para satisfacer las necesidades de consumo de un hogar.

Diferencia entre corriente monofásica y trifásica

Entre la corriente monofásica y la trifásica, existen diferencias. En el primer caso, es la más habitual para la distribución en el caso de útiles como iluminación o calefacción. Este tipo de corriente, se distingue porque está compuesto por una única fase o corriente alterna. Mientras que se diferencian en que su voltaje es inferior. Por el contrario, una corriente trifásica ofrece tres fases o corrientes alternas, lo que permite un mayor voltaje.

La potencia de la corriente trifásica es su mayor elemento diferenciador. Una vez observadas las características del tipo monofásico, debemos analizar las de la trifásica. El principal elemento diferenciador es la potencia que, en el caso de la corriente trifásica, puede alcanzar los 380 V. Dispone de tres fases que, junto al neutro y la toma de tierra, forman cables que se distinguen por colores.

La principal distinción de la corriente trifásica es su potencia, que puede alcanzar los 380 V

El color de cada cable, se asocia a una función. Por un lado, las fases uno, dos y tres se identifican con los colores negro, marrón y gris, respectivamente. Por otro lado, el azul se corresponde con el neutro y el verde, o amarillo, se dedica a la toma de tierra.

La distinta potencia es una diferencia sustancial. La potencia de la corriente trifásica es superior aunque la de corriente monofásica, siendo inferior supone un coste menor. Es necesario, en el caso de contar con corriente trifásica, disponer de electrodomésticos adaptados a ella. Supone un aporte necesario para aquellas instalaciones donde es insuficiente el suministro proporcionado por el otro tipo de corriente.

La corriente trifásica es idónea para aquellas instalaciones donde la monofásica es insuficiente

Conclusión

Las corrientes de tipo monofásica y trifásica presentan diferencias. Precisamente, son las distintas características las que hacen de cada una de ella, una solución óptima para distintos tipos de necesidad. El primer tipo, supone una respuesta efectiva para satisfacer las necesidades de electricidad de una vivienda o incluso, de un negocio pequeño. Por otra parte, la corriente trifásica permite alimentar una instalación de tipo industrial.

Un análisis de las necesidades es clave para la eficiencia de la energía solar. Cada instalación de paneles fotovoltaicos requiere de un estudio previo que permita identificar las necesidades del caso concreto. De esta forma, se puede ofrecer un suministro eléctrico acorde a las necesidades particulares. Además, el poder realizar un suministro suficiente de energía, evita posibles incidencias e interrupciones del servicio.

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