El ruido que produce la aerotermia, no es excesivo ni resulta insoportable. En este artículo, vamos a arrojar luz sobre una de las principales reticencias que se plantea a la hora de optar por la aerotermia: el ruido que produce. La creencia popular ha hecho común la asociación de aerotermia con un considerable ruido que supone una molestia insalvable para la vivienda. Sin embargo, esto es un mito y, a continuación, te aclaramos la realidad:

Ruido, consecuencia de la actividad de aerotermia

La aerotermia ofrece grandes beneficios para el medioambiente y para nuestro bolsillo. Como sabemos, la aerotermia representa un significativo ahorro en la factura de la luz que, a la vez, nos ayuda a ser más respetuosos con nuestro medio natural. Basa su funcionamiento en un mecanismo que contiene una bomba de calor aire-agua y es este aspecto el que causa preocupación ante el posible ruido.

La aerotermia sí provoca ruido. Sin embargo, que lo haga no implica que sea insoportable o que no existan sistemas que consiguen reducir notablemente el ruido que se produce. El sistema se compone de dos unidades, una interior y otra exterior. Es precisamente la exterior, la unidad que habitualmente es la responsable de producir el ruido. A pesar de la alarma que puede generar afirmar que produce ruido, este oscila entre 45 y 65 dB, es decir, un ruido aproximado al que se genera en un despacho.

El ruido de la aerotermia se aproxima al de un despacho tranquilo

Existen fórmulas para reducir el impacto del ruido. En determinados casos, o circunstancias, sí puede llegar a ser ligeramente molesto el ruido que produce. Por ello, es necesario aclarar que existen soluciones para mitigar su impacto. 

Origen del ruido y posibles soluciones

El ruido tiene su origen en las vibraciones que se producen en el proceso de la aerotermia. Como hemos expuesto anteriormente, habitualmente se produce el ruido en la unidad exterior. Esta unidad es la responsable de captar la energía y, durante esta operación es cuando se generan vibraciones. Sin embargo, al margen de estas vibraciones convencionales, también pueden darse al hecho de que la bomba de calor no sea apropiada para el sistema de aerotermia.

  • Elegir un componente adecuado. A la hora de configurar el equipo, debemos escoger la bomba de calor idónea. Es decir, en el sentido del ruido, debemos optar por aquella que produce el menor ruido posible. Para ello, deberemos consultar la ficha técnica que incorpora el fabricante y que nos facilita la información necesaria. 
  • Ubicar la bomba de calor en una situación estratégica. Debemos realizar el planteamiento de que, si situamos este componente en las estancias menos frecuentadas, la molestia será menor. Además, en la medida de las posibilidades de cada caso, deberemos ubicar en altura la bomba.
  • La base de la unidad exterior, nos ayudará a amortiguar la vibración. Este aspecto resulta de gran ayuda. Si incorporamos, por ejemplo, almohadillas, reduciremos notablemente las vibraciones producidas.
  • Un adecuado mantenimiento es esencial. Si controlamos el estado de los distintos elementos que componen la instalación, podremos advertir anomalías que deriven en mayores vibraciones. Por otra parte, una limpieza y mantenimiento profesional, serán imprescindibles para prolongar la vida útil del equipo y que su funcionamiento sea el adecuado.

Conclusión

La aerotermia ofrece grandes posibilidades para la sostenibilidad y el ahorro. El ruido que genera, puede representar una posible desventaja de este sistema. Sin embargo, como hemos expuesto, existen fórmulas para mitigar el impacto que produce y sus causas. De esta forma, podremos disfrutar de los beneficios de la aerotermia en nuestro hogar, con el menor ruido posible.

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