La energía solar impulsa la competitividad del sector agroalimentario. El sector agroalimentario es fundamental para la economía y afronta grandes retos: costes energéticos elevados y la necesidad de sostenibilidad. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, en 2024 el sector agroalimentario representa el 12% del consumo energético nacional. Ante estos retos, las instalaciones fotovoltaicas se presentan como una alternativa estratégica. Empresas del sector han logrado reducir hasta un 40% sus gastos energéticos, gracias al uso de paneles solares. Esta tecnología no solo proporciona ahorro, sino que también garantiza una fuente de energía estable y sostenible. En regiones como la Comunidad Valenciana, con más de 2.800 horas de sol al año, el autoconsumo es especialmente rentable y atractivo para agricultores e industrias

Ahorro energético y reducción de costes

El autoconsumo disminuye significativamente los costes operativos. En la industria agroalimentaria, el gasto en electricidad puede representar hasta el 30% de los costes totales de producción, según un informe de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF, 2024). Con la instalación de paneles solares, las empresas pueden cubrir entre un 60% y un 80% de su demanda energética diurna, según estudios del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Además, la producción fotovoltaica coincide con los picos de consumo, generalmente entre las 10:00 y las 18:00 horas, lo que optimiza el uso de la energía generada. Este modelo permite a las empresas agroindustriales reducir hasta un 40% sus costes energéticos anuales, al tiempo que minimizan su dependencia de la red eléctrica y estabilizan sus gastos frente a las fluctuaciones del mercado.

El almacenamiento mejora la eficiencia energética. Los sistemas con baterías permiten a las empresas agroalimentarias almacenar la energía no utilizada durante el día para su uso nocturno, asegurando un suministro continuo. Según un informe de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF, 2024), el coste de las baterías ha disminuido un 18% respecto al año anterior, alcanzando un precio medio de 350 €/kWh. Esta caída en los precios facilita su adopción en instalaciones fotovoltaicas, incluso para medianas y pequeñas explotaciones agrícolas. Además, el rendimiento de las baterías modernas, con ciclos de vida superiores a los 10 años y una eficiencia energética del 90%, maximiza el aprovechamiento de la energía generada. 

El almacenamiento energético garantiza suministro continuo y maximiza eficiencia en procesos clave del sector agroalimentario

Aplicaciones del autoconsumo en procesos agroindustriales

La energía solar transforma los procesos de producción agrícola. Desde el bombeo de agua para riego hasta la climatización de invernaderos, los paneles solares son una herramienta versátil. Por ejemplo, un sistema fotovoltaico puede alimentar bombas de riego, reduciendo costes y asegurando un suministro constante, incluso en épocas de sequía. En 2024, más del 20% de los regadíos en España ya funcionan con energía solar.

La industria agroalimentaria adopta procesos más sostenibles. Tecnologías como la deshidratación de alimentos, la pasteurización y el enfriamiento de almacenes ahora pueden operar eficientemente con energía solar. Según un estudio del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE, 2024), las empresas agroalimentarias que han integrado sistemas fotovoltaicos en sus procesos han logrado reducir hasta un 45% sus emisiones de CO₂. Este tipo de medidas no solo mejora el impacto ambiental de las empresas, sino que también refuerza su reputación ante un consumidor cada vez más preocupado por la sostenibilidad. En 2024, el 60% de los españoles declaró priorizar productos de empresas con compromiso ambiental, según datos de Eurostat.

La energía solar impulsa procesos sostenibles y mejora la reputación ambiental del sector agroalimentario

Ventajas económicas y sostenibilidad ambiental

El autoconsumo ofrece beneficios económicos inmediatos. Subvenciones del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) cubren hasta el 45% del coste de instalaciones fotovoltaicas, con un límite máximo de 200.000 € por proyecto, según la convocatoria de ayudas para 2024 disponible en su portal oficial. Además, el Real Decreto 244/2019 establece la compensación de excedentes, permitiendo a las empresas agroalimentarias reducir su factura energética al verter la energía no consumida a la red. Según datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), este sistema puede reducir los costes energéticos de las empresas hasta en un 20%, dependiendo de su perfil de consumo. 

La sostenibilidad impulsa la imagen del sector. Adoptar la energía solar no solo reduce emisiones, sino que también posiciona a las empresas como líderes en responsabilidad ambiental. Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) indica que la implementación de sistemas solares térmicos, diseñados para procesos industriales que requieren temperaturas de hasta 100 ºC, puede disminuir las emisiones hasta en 400 kg de CO₂ por metro cuadrado al año. Esto incluye aplicaciones como la pasteurización, el secado y la limpieza en la industria agroalimentaria. Este compromiso con el medio ambiente fortalece la relación entre las empresas y sus clientes, quienes valoran cada vez más las prácticas sostenibles. 

La sostenibilidad energética fortalece la confianza del consumidor en el sector agroalimentario

Conclusión

La energía solar es el aliado del sector agroalimentario. Su capacidad para reducir costes, mejorar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental la convierte en una solución imprescindible. En la Comunidad Valenciana, con sus condiciones óptimas de irradiación y el apoyo de políticas públicas, el autoconsumo fotovoltaico es más que una opción, es una necesidad estratégica. Apostar por la energía solar es asegurar el futuro sostenible y competitivo de la industria agroalimentaria.

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